(Intenté resumir lo más que pude, pero es complicadísimo habiendo tanto material)La música es sin duda, un detonador infinito e inmediato de estímulos cerebrales para cualquier ser humano. Es la primera nota que te lleva volando en una máquina del tiempo años atrás, a sensaciones, a emociones, a lugares y momentos y olores y personas y colores y, y, y... Es un fotoalbum del disco duro en la cabeza de cada persona, que puedes abrir cuando quieras, o cuando involuntariamente te topas con los acordes de una guitarra que lleva el mismo nombre de la pestaña del folder en ese archivero mental, y dentro del cual encuentras ese set de fotos que parecen nunca envejecer.
Luego entonces, cada quien ha hecho su soundtrack a base de recuerdos. El mío empieza con la imagen de mi misma, bien chiquita, cantando a todo pulmón
Calendario de amor de la Onda Vaselina, por ahí de segundo o tercero de primaria, con cualquier cosa que simulara un micrófono en la sala de mi casa. Fue el primer CD que me regalaron mis papás, me sabía la letras de todas las canciones del disco, y soñaba despierta con que yo formaba parte del grupito ese. ¡ooops! lo dije.
Antes de los CD's, el único cassette del que puedo reclamar propiedad fue
Thriller de Michael Jackson. Es de los pocos fenómenos de los cuales me puedo declarar, o me declaré alguna vez fan. Represeta toda mi primaria. Lo conocí cuando alguna vez mi papá sacó justo ese cassette que después me adueñé, seguro durante algún trayecto en el coche. Escuché
Billy Jean y ahí quedó... a mis 7 años. Entonces me dediqué a recolectar todos los discos, llevarlos a la escuela, hice que a todas mis amigas (iba en escuela de puras niñas) les gustara, y nos dedicamos a buscar cuanta cosa salía de él. El VHS de los videos del disco de
Dangerous me lo sabía de memoria, con coreografía y toda la cosa.
Mi primer concierto, por ende, fue el de Jackson en el Azteca, en noviembre del 93 . De ese día me acuerdo como si lo hubiera grabado con papel calca. Salí de la escuela, pasaron por mí mis papás, me llevaron a comer a un restaurante que le gustaba mucho a mi papá, cerca del estadio. No podía dejar de presumirle a cuanto ente se me acercara que a mis miserables 8 años iba a ver a Michael Jackson... "¿Me trae una sopa de tortilla, por favor?, pero no se tarde porque vamos a ir a ver el concierto de Michael Jackson" (Supongo que esa manía nunca se me quitó). El estar en las plateas del superestadio que conocía perfecto por los partidos que me chuté ahí, viendo el globo gigante alrededor del cual salían los chavitos cantando
Whe are the world es de las imágenes perpetuas en mi cabeza.
El primer video que me dejó hipnotizada es una pelea la cual declaro empate. El primer ganador surgió cuando, cambiándole a la tele, descrubí MTV y sonaba
Fairground de Simply Red, del cual me bastaron 10 segundos para que el ritmín pegajoso se me quedara, y la imágen de la montaña rusa (sólo por ser una montaña rusa, y yo ser adicta a ellas) me embobaran. Ese disco se lo pedí a Santa Claus. Años después me enteré que mis papás se la vieron negras para encontrar el mentado disco de un grupo que ni siquiera sabían que existía. El segundo acreedor del empate sería
Las Flores de Café Tacvba. Para ese entonces, yo ya era televidente cautiva de los canales de videos. Lo ví/oí en telehit (¡que asco!) y ni le estaba poniendo atención a la tele, seguro jugaba gameboy. Y de repente la melódica, y de repente, los colores... ¡PUM!, mirada a la tele inmediata. Después la letra... y de ahí me comí a Cafeta y me acercó a uno de los pocos grupos que me han puesto la piel chinita en un concierto. Ni imaginaba que el
RE (de los mejores discos que el rock en español ha visto en su historia), sería pieza fundamental en la universidad, que estaría en cada fiesta, junto con los Fabulosos, y que cada vez que lo escuchara de ahí en adelante no podría evitar que me regrese a la casa de Jaime, y toda la bola de chacales hambrientos de 4to y 5to trimestre saqueando su despensa y haciendo tacos de cecina con aguacate. (Nos los cobró después, jamás lo pagamos jaja).
A los Fabulosos por cierto, los conocí cuando mi compañero de cabina en el radio de la prepa llevó el cover de
Strawberryfields forever, para recordar el aniversario luctuoso de John Lennon. Ahí me encantaron, y hasta la fecha, los Fabulosos estan en tantas anécdotas, que necesitan post para ellos solos. Además me recuerda que mi compañerito de cabina me en-can-ta-ba, y resultó ser gay. Debí imaginármelo si era el protagónico en teatro musical.
Strawberryfields sigue siendo mi favorita de ellos. El
¿Dónde Jugarán las niñas? de Molotov, en mi archivero representa la primera vez que en secundaria te querias sentir "rebelde", cuando metias los New Mix y los Caribe Cooler de contrabando en las fiestas de la secundaria, donde todavía los papás estaban de chaperones, y dónde me empezaban a gustar los niños. (Ufff quién iba a decir que cuando estuvieran más creciditos me iban a gustar taaanto, jeje).
Hombres G de hecho es la representación de esa etapa. Los conocí en un campamento a la playa en Playa Paraíso, imágen común de varios pubertos disque bohemios donde alguien sacaba su guitarra alrededor de la fogata. Fue con la clásica,
Te Quiero. Cuando regresé a la escuela coincidió con la entrada a mi escuela del primer inútil que me gustó en la vida, un idiotilla que anduvo con medio salón (Acababan de hacer mixta la escuela, entonces había 6 hombres y 35 mujeres... el paraíso del adolescente promedio), el cual era super fan de Hombres G y me cantaba
Venezia.. y yo derretía. Con eso bastó para comprarme un disco, tras otro, tras otro, y para años después ir a los dos conciertos en el Auditorio Nacional, por pura nostalgia, y ya con otro noviecín.
A ese otro noviecín con el cual fui a ese concierto, le puedo agradecer pocas y contadas cosas. Las más sobresalientes serían conocer Europa, y el
Parachutes de Coldplay. Ese muchacho tenía un gusto musical agridulce, se sentía super malo y rocker (weeeeeeeeeey!) y cuando le regalaron el
Parachutes, ni lo peló. Me lo regaló, con todo y celofan un día que indagaba en sus discos. No lo abrí (me cagaba
yellow), hasta el día que me dijo que me dejaba por irse a vivir a España. Nunca sabrá que ese día, llorando en mi casa, abrí uno de los discos que me cambiaría la vida. Al contrario de lo que podria esperar cualquiera, escuchar
Shiver, me levantó de inmediato de la tristeza, y ocupó el lugar de mi canción favorita.
En ese viaje a Europa, conocí a los Red Hot. (tarde, muuuy tarde).
Fortune Faded, con la Torre Eiffel de fondo, en un video de un hotel de algún lugar de Paris, bastó para que juntara toda la discografía y me volviera muy fan. Son de mis grupos favoritos ahora. Y esa canción, es el himno de ese viaje, de hecho me acuerdo que en el sonido del avión de regreso, ese que escuchas en los audífonos que te dan, la volví a escuchar como dos veces y con eso se coronó.
A Radiohead lo conocí en el laboratorio de química de la prepa, Alma me prestó el
Pablo Honey, y los redescubrí con
Just, cuando alguien (no me acuerdo quien la neta) me dijo que estaba grabada con 4 guitarras, y me obsesioné. Y de ahí en adelante siempre han tenido palabras exactas para cada momento.
Beirut salió de depurar la lista de reproducción de todas aquellas veces que no pude dormir por tener entrega al día siguiente. Oír a Beirut me sabe a todos y cada uno de los sueños que tengo por cumplir, los cuales usualmente descubro estando despierta. Oírlo me sabe la primera vez que entendí quién soy yo y me acepté tal cual. Yo soy lo mismo a como suena Beirut.
Postcards from Italy es mi parte soñadora, y
Nantes, es mi parte realista, me sabe a mis tardes sola en mi depa.
En esa misma lista también estaba, junto a Beirut,
Sin documentos de Los Rodriguez, Calamaro, Jeff Buckley, Sigur Ros, Tindersticks, Queen of the stone age, Soundgarden y Depeche Mode... Todo lo anterior, lo meto en la licuadora y como resultado tengo mis noches interminables en casa de Eder, trabajando contra reloj llenos de pinceles y goaches, para poder entregar a tiempo el cuento de la clase de Dibujo. (Y cultura músical, sin duda es de lo que más le aprendí ahí).
Y asi hay miles de recuerdos-asociaciones musicales. Ya más para acá, he agregado cosas nuevas, y rescatado otras, y a veces me sorprende como canciones que marcaron algo regresan para conectarse con otra cosa.
Entre los más recientes agregados a mi soundtrack tengo
Kids de MGMT y un beso perfecto en la puerta de mi casa,
La maldita primavera de Yuri y las eternas tardes de sábado en el trabajo, con Chepe cantándola,
Mediocre de Ximena Sariñana y una tarde de chelas y pasta en mi casa que me hizo identificarme con la letra, y los Killers....
Ahh... algo extraño pasa con los Killers, pero se han empeñado en estar presentes durante todas y cada una de las cuatro o cinco veces que he tocado la carretera este año, siempre salen, bien casuales. La última, este regreso de la playita, con el
Hot Fuss dos veces (que mejor forma de cerrar tan buenas vacaciones). Por consiguiente quedan asociados, según la canción, a cada chiquiviaje que he hecho este 2009... Tal vez sea una señal de que ya es hora de verlos en vivo...
En fin... nunca se termina... a ver que otra cosa aporta este año para recordar tarareándo.
(Omití, por respeto a mi misma, una horrible etapa de cierto grupo pop musical mexicano, nefasto, que me pegó con todo. Aquél lector que se atreva a hablar de ella en algún comment, perdera mi amistad para siempre! jaja... He dicho!)